Esta etapa es fundamental en la formación intelectual de los futuros presbíteros que los lleva a un conocimiento y a una interpretación más profunda de la persona, de su libertad, de sus relaciones con el mundo y con Dios. Se da especial importancia al estudio de la filosofía (haciendo énfasis en la filosofía tomista, por la forma magistral en que logra integrar los diversos elementos racionales que pueden servir de preámbulo para el estudio de la teología) [1].

Para cumplir con su finalidad, se tiene una apertura interdisciplinar y se hace énfasis en el estudio de las disciplinas que pueden ayudar a conocer al hombre y situar su dimensión religiosa dentro de la totalidad de su persona, en el marco de referencia crítica. Al final de esta etapa se preparará un trabajo de grado (tesina) y el examen de universa. El período formación humanístico-filosófica tiene una duración de tres años.

[1] CIC. 251: La formación filosófica, que debe fundamentarse en el patrimonio de la filosofía perenne y tener en cuenta a la vez la investigación filosófica realizada con el progreso del tiempo, se ha de dar de manera que complete la formación humana de los alumnos, contribuya a aguzar su mente y les prepare para que puedan realizar mejor sus estudios teológicos. Congregación para el Clero. El Don de la Vocación Presbiteral. a.2 La Etapa de los Estudios Filosóficos (o discipular) 61 – 67; CF. PDV 52.